El tickler encapuchado.

Sabemos que los ticklers son atrevidos y que no pocas veces sus aventuras han salido en los periódicos... Lo que sigue es totalmente real, pueden ir a buscarlo en Internet. ¡Un tickler se calzó la capucha y salió a buscar a sus víctimas!

Buscan al cosquilleador de Boston

Un extraño hombre que hace cosquillas a las personas es buscado en Boston luego de que al menos 10 personas reportaran sus casos ante las autoridades locales.

Este sujeto es conocido como 'Boston Tickler' y hasta hace poco la gente creía que se trataba de un mito o una broma, pero no, Michael O'Hara el sargento de la Policía de Boston ha confirmado la búsqueda de un sujeto que por las noches se mete a las casas con el objetivo de hacer cosquillas en los pies a las personas.

Según relatan las víctimas del 'hombre de las cosquillas', el sospechoso mide aproximadamente un metro con 70 centímetros, porta ropa oscura y también capucha.

El caso corría por la ciudad entre rumores hasta que Jake Barrows denunció el hecho ante las autoridades, asegurando que cerca de las cuatro de la mañana un hombre estaba en el interior de su habitación."Alguien estaba de pie en el extremo de la cama, y cuando me di cuenta de que había alguien ahí, salió corriendo", confesó Jake a un portal estadounidense.

Fue entonces que los casos se dispararon en donde otras personas notificaron a la policía que un sujeto había acariciado sus pies con una pluma.

Ustedes saben que existen riesgos en dejar ventanas o puertas abiertas y yéndose a dormir. Acá hay un fragmento de un video que vi hace años, donde el padre, justamente, le advierte que cierre bien las puertas. El joven no hace caso, se va a dormir sin remera, para luego descubrir que fue atado y que está pronto a ser cosquilleado. Nada más resta, para él, que reir. 

La fantasía del cosquilleador enmascarado juega con el anonimato de su atacante. ¿Quién es él? ¿Qué quiere y por qué lo hace? Podemos ofrecerle dinero, claves, la llave del auto... Pero sabemos que a él, lo único que lo motivó a entrar a tu casa, fue su sed de hacer cosquillas.

De nada sirve resistirse. Él no puede ser identificado, no hay forma de volver a encontrarlo ni de vengarse de él. Él sabe que no tendrá ninguna consecuencia al explotar los puntos más sensibles de su víctima.

Uno se pregunta, si es que puede hacerlo: "¿Sabrá que estoy solo durante todo el fin de semana? ¿Habrá elegido este día justamente por eso?". Por supuesto que lo sabe. Además sabe que la paciencia también está de su lado, como para dedicarse a quebrar cada vulnerabilidad de su víctima. No va a cansarse, al menos, no antes que su víctima pierda la compostura.

Finalmente se irá. Pero nunca sabremos bien hasta cuándo.